En este espacio queremos invitarte a iniciar una emocionante travesía con el objetivo de que descubras cómo puedes hacer la gran contribución de tu vida, sirviendo a otros.

Pon tu vida delante del Señor, como una ofrenda, todo lo que Él ha puesto en tu diseño: lo que te agrada y lo que no te agrada, lo que se te facilita y lo que no, tu carácter, tus talentos y todo lo que has vivido cada día de tu vida. Invita al Espíritu Santo a guiarte en cada paso que darás a continuación. Recuerda que el Señor te ama y conoce todo acerca de ti. Todo lo tuyo para Él es importante, incluyendo este momento en el que estás leyendo estas palabras.

“Padre celestial, hoy estoy delante de ti con el anhelo de conocer aquello para lo que tú me has formado. Pongo a tus pies todo lo que soy. Espíritu Santo, te pido que me guíes en los pasos que continuarán a partir de este momento. Dame por favor, la valentía, la determinación y el gozo de servirte de acuerdo con el propósito que tienes para mi vida. Gracias por mostrarme que no soy producto de la casualidad ni un error y que tú cuidas de mí. Abre mis ojos para que pueda ver como tú ves. Aquí estoy Señor, haz con mi vida lo que tú quieras. Todo esto te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.

Dios te hizo y formó aún antes que nacieras, luego, en el vientre de tu madre Dios te ha estado moldeando y formando para el ministerio y de forma muy singular, Él supo que hoy estarías haciendo esta actividad y conoce todos los días de tu vida hasta el fin.

• Fui CREADO con un propósito.
• Soy UNICO
• Soy MARAVILLOSAMENTE COMPLEJO

Acuérdate ahora que como a lodo me diste forma;

“¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!
Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.
Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto,
mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz.
Me viste antes de que naciera.
Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.
Cada momento fue diseñado
antes de que un solo día pasara”.